viernes, 25 de diciembre de 2020

Mi llamado a la catequesis

Mi llamado a la catequesis infantil tuvo un largo caminar, lo que si tuve bien claro desde el principio es que no era porque así lo quisiese yo , sino porque Dios me había escogido, a pesar de mis defectos, de mi pequeñez, y lo que sigo teniendo muy claro es que siempre tenemos algo que aprender, nunca lo sabremos todo, porque el ser catequista no es trasmitir conocimientos , sino lograr que los niños se enamoren de Jesús,   de Dios Padre y se dejen guiar por el Espíritu Santo y siempre pidan la intercesión de nuestra Madre Santísima. 



lunes, 21 de diciembre de 2020

Encuentro, Catequesis y Acompañamiento

 Encuentro, catequesis y acompañamiento.



¿Qué es un encuentro?

En nuestra vida diaria, tenemos encuentros con personas, éstos encuentros pueden ser afortunados, atropellados, exitosos, amorosos, tristes. Como aquella vez que la vecina se topo conmigo y me comenzó a platicar de lo difícil que es la escuela virtual de su hijo, ella al borde las lágrimas decía que ya no podía más y yo solo me limité a decirle "Te entiendo; ese encuentro fue un  inesperado y apresurado pues yo no disponía de tiempo para escucharla y hacer de ese encuentro una oportunidad para incrementar nuestra amistad, una oportunidad para ayudarle en su situación o simplemente disponer del tiempo para buscar las respuestas o preguntas correctas que llevaran a mi vecina a vislumbrar una guía en su proceso de educación con su hijo.

En nuestra día a día como catequistas, tenemos bellos encuentros con nuestros pequeños, los jóvenes catequizandos y con nuestras hermanas catequistas. ¿Cómo deseamos que sean éstos encuentros? Desde el momento en que entramos a nuestro lugar de trabajo, donde daremos nuestra clase, donde nos reunimos con nuestras hermanas catequistas, debemos disponernos mentalmente a que esos encuentros sean afortunados, si no disponemos del tiempo, podemos hacer un espacio posterior para poder escuchar de la forma correcta. 

Habrá ocasiones en que bastará con un:  ¡Hola,  que gusto verte hoy!, en vez de "No volviste a traer la tarea", "Hermana porqué faltó a la misa de hoy".

El diálogo inicial dará pausa a un encuentro positivo o terriblemente de consecuencias tristes y negativas.

Hagamos encuentros felices para cosechar relaciones fructíferas. Que aumenten la confianza y la armonía de grupo.


Acompañamiento.


Dentro de todos aquellos encuentros habrá algunos de los que requieran un acompañamiento, por ejemplo, llega un niño y le dice: "Catequista creo  que Dios no me que quiere, porque mi mamá está muy enferma y creo que se va a morir"., podemos irnos por el camino fácil y decirle, ten fe y  pídele a Dios que sane a tu mamá, todo va a estar bien. Y no volver  preguntarle al niño jamás como sigue su mamá o preguntar como se siente él con la situación. Jesús nos llama a la caridad, al amor, a la generosidad, atendamos ese llamado a través del acompañamiento, que significa dar pie a encuentros subsecuentes, programados, inducidos por nosotros mismos o por el acompañado, para guiarle a través del diálogo, del amor, de la palabra de Dios, en su propio proceso en resolución de algún conflicto o entender cierta situación por la que esté pasando.

Los niños de la catequesis requieren un acompañamiento en su proceso de aprendizaje de la palabra de Dios, pues desafortunadamente los padres no tienen el conocimiento para hacerlo, es ahí donde entramos las catequistas. Al ir hablando de Dios promovemos que los chicos abran sus sentimientos y emociones, y podrá haber algún niño que abra su corazón inspirado por la confianza que les damos y que necesite de un acompañamiento especial.

Debemos hacer de este acompañamiento un conjunto de encuentros afortunados y positivos y para ello debemos desarrollar habilidades  como saber escuchar, no ser críticos o jueces, promover preguntas acertadas para que el acompañado descubra por si solo el mejor camino en su proceso.


Luz Islas. Catequista.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

 Catequesis






El llamado.


Quiero contarles una breve historia, a lo largo de mi vida desde que recuerdo, siempre me ha gustado enseñar, mi  lema siempre ha sido: "El conocimiento no sirve de nada si no se comparte". El conocimiento se comparte, es ahí donde da fruto y se multiplica. He de contarles que no soy maestra de profesión, soy ingeniero y como tal amo las matemáticas y siempre me ha gustado enseñarlas, pero siempre existía un pequeño hueco que no lograba llenar en mi labor de maestra altruista. Mi amistad con Dios iba en aumento conforme pasaban los años y llegaba la madurez y comencé a preguntarme donde estaba mi lugar, que era  lo que Dios quería de mi. Comencé a sentir la necesidad de servir a Dios más intensamente, probando aquí y allá, hasta que un día en mi confesión con el sacerdote, le dije que me sentía culpable, que Dios me llamaba al servicio y yo no le respondía, el sacerdote solo se limitó a decirme "ya es tiempo" y de manera sorprendente a los pocos días ya me encontraba haciendo planes de ingresar a la catequesis de niños. Tímida en un principio, pero ahora convencida que ésto es lo que Dios quería de mi. Al ver las caritas de los niños curiosos, inocentes, deseosos de saber. Supe que ahí era. Ahora en tiempos de pandemia, con catequesis virtual me doy cuenta que éste es mi lugar, soy feliz y eso quiero transmitirles a mis niños, que Dios te toma de la mano, solo tienes que dejarte llevar y el te guiará a través de su Espíritu. Espíritu Santo de Dios que siempre invocamos en cada una de nuestras clases. 


Luz Islas, Catequista.






Ser catequista en tiempos de pandemia.

Ésta crisis mundial de salud a la que nos hemos enfrentado, cambiaron radicalmente la forma de enseñar en las aulas y a nuestra iglesia también le afectó. Nuestra Parroquia con una comunidad de recursos limitados era todo un reto poner en marcha un proyecto de catequesis digital. Sorprendentemente al hacer la convocatoria hubo una respuesta increíble. Hoy contamos con varios grupos tomando la catequesis en forma virtual, aprovechando todos los recursos digitales para llevar la palabra de Dios y lo mejor de ésta situación ha sido que también podemos evangelizar a las familias. Puesto que los niños casi siempre están en compañía de sus padres.

Este reto se ha convertido en una verdadera oportunidad de evangelizar a chicos y grandes.

Mi llamado a la catequesis

Mi llamado a la catequesis infantil tuvo un largo caminar, lo que si tuve bien claro desde el principio es que no era porque así lo quisiese...